Buenos Lunes gente,
Para mí está siendo duro... Este fin de semana he estado en las ferias
de Salamanca, "mi tierra". Ha sido muy, muy genial!!! Una de las
particularidades de estas fiestas, a parte del buen rollo que se vive, son las
famosas casetas. Cada plaza tiene un conjunto de diferentes casetas, abiertas
todas ellas por bares y pub altamente cualificados en la elaboración de tapas.
La idea es ir haciendo ruta y claro, a base de caña y pincho acabas un poco
perjudicado.
Después del exceso llega el arrepentimiento y ponernos a solucionar
esta falta de respeto por nuestro cuerpo. Ahora toca cuidarlo, y mimarlo, para
que todo esté en su sitio. Partiendo de esto, hoy me he preguntado cómo
se digiere esta combinación de comidas de diferentes tipos, esa mezcla de todo
un poco... con salsas, hidratos varios, proteínas de diferentes tipos, grasas…
Pues sencillamente, el sistema digestivo se vuelvo loco. Os
explico:
Una alimentación sencilla se digiere mejor. El aparato digestivo
“reconoce” los alimentos cuando no están demasiado mezclados entre sí y forma
los jugos digestivos adecuados a cada uno de ellos. Las enzimas o sustancias
que actúan en la digestión de los nutrientes son diferentes para las frutas o
las verduras, los cereales o los frutos secos, los lácteos o las legumbres.
En su estado natural, los animales llevan una alimentación
sencilla y no mezclan varios platos en la misma comida. Si ellos lo hacen
de esa forma, porque nosotros, que somos más listos, lo hacemos mal? La
respuesta es que a veces el ser humano en su grandeza, cae en lo obvio,
simplemente.
Bueno sigamos, como decíamos…las transformaciones que sufren los
alimentos en el estómago e intestino durante la digestión son producidas por un
grupo de sustancias o agentes químicos llamados enzimas, que están en los jugos
digestivos. Las enzimas sólo actúan en condiciones favorables. Cada una de las
enzimas que intervienen en la digestión produce su efecto sobre una clase de
alimentos. Unas digieren los almidones, otras las proteínas y unas terceras las
grasas.
Las mezclas en la misma comida de los alimentos concentrados o de
más costosa y larga digestión (pan, cereales, leche y sus derivados, legumbres,
frutos secos, huevos y, por supuesto, las carnes y los pescados) dan lugar a
una mala digestión. Para evitar esto os aconsejo una comida sencilla, sin
muchas mezclas. Es mejor comer un poco más de lo mismo que añadir otros platos
diferentes que dificulten el proceso digestivo.
Diferentes combinaciones.
Combinación ácido con almidón.
El almidón de estos alimentos se digiere por una enzima secretada
en las glándulas salivares: la ptialina o amilasa salivar. Ahora bien, el
contacto con cualquier sustancia ácida impide la acción de esta sustancia. Los
ácidos de los tomates, naranjas, limones, pomelos, manzanas ácidas, piña… son
suficientes para impedir una buena acción de la ptialina salivar; ya no digamos
los ácidos más fuertes del vinagre, bebidas alcohólicas, tomate frito…
Por ello no se aconseja unir en la misma comida almidones (patatas, pan, arroz y otros cereales, castañas…) con fruta ácida, vinagre, tomate frito…
Combinación almidón con proteína.
Por ello no se aconseja unir en la misma comida almidones (patatas, pan, arroz y otros cereales, castañas…) con fruta ácida, vinagre, tomate frito…
Combinación almidón con proteína.
Los alimentos más ricos en proteínas son los frutos secos, los
derivados de la leche (leche, yogur, queso o requesón), los huevos, y,
finalmente, los pescados y las carnes. También los cereales y las legumbres
contienen bastantes proteínas.
El ácido clorhídrico libre, en un porcentaje de tan sólo el 0,003%, es suficiente para suspender la acción de la ptialina o amilasa salivar sobre el almidón, y que un ligero aumento de esa acidez no sólo detiene dicha acción, sino que destruye la enzima. Los alimentos ricos en proteínas son digeridos por la pepsina del estómago, pero esta reacción sólo puede llevarse a cabo en presencia de un medio ácido que es proporcionado por el ácido clorhídrico. Las condiciones de acidez requeridas para la digestión de las proteínas son las que impiden la acción de la saliva sobre los almidones.
Como vemos, las proteínas requieren un medio ácido para su digestión, mientras que los almidones, por el contrario, lo necesitan alcalino. Si comemos un alimento proteico (carne, pescado, huevo y queso, en especial) junto con un almidón (los de más difícil digestión son los cereales), se vierte enseguida un jugo gástrico para digerir la proteína, y, debido a esa acidez, la digestión del almidón queda inhibida de forma inmediata. La ptialina no puede actuar y surge la mala digestión.
El ácido clorhídrico libre, en un porcentaje de tan sólo el 0,003%, es suficiente para suspender la acción de la ptialina o amilasa salivar sobre el almidón, y que un ligero aumento de esa acidez no sólo detiene dicha acción, sino que destruye la enzima. Los alimentos ricos en proteínas son digeridos por la pepsina del estómago, pero esta reacción sólo puede llevarse a cabo en presencia de un medio ácido que es proporcionado por el ácido clorhídrico. Las condiciones de acidez requeridas para la digestión de las proteínas son las que impiden la acción de la saliva sobre los almidones.
Como vemos, las proteínas requieren un medio ácido para su digestión, mientras que los almidones, por el contrario, lo necesitan alcalino. Si comemos un alimento proteico (carne, pescado, huevo y queso, en especial) junto con un almidón (los de más difícil digestión son los cereales), se vierte enseguida un jugo gástrico para digerir la proteína, y, debido a esa acidez, la digestión del almidón queda inhibida de forma inmediata. La ptialina no puede actuar y surge la mala digestión.
Combinación almidón con azúcares.
Como hemos dicho, la digestión del almidón comienza en la boca con
la saliva y continúa durante algún tiempo en el estómago, si las condiciones
son adecuadas. Los azúcares sólo se digieren en el intestino delgado. Cuando
tomamos azúcares solos, pasan rápidamente del estómago al intestino. Si los
tomamos con otros alimentos, permanecen en el estómago por algún tiempo, hasta
que se completa la digestión del resto de los alimentos. Como los azúcares
tienden a fermentar muy rápidamente en las condiciones de calor y humedad que
existen en el estómago, ese tipo de espera casi garantiza su fermentación.
Las mermeladas, compotas, azúcares industriales (blanco, moreno o
fructosa) o la miel, añadidas al pan, galletas, pasteles, cereales, etc.,
producen fermentación. Se ha comprobado, además, que al ingerir azúcar con
almidón se obstaculiza infaliblemente la digestión de este último.
Combinación proteína con azúcares.
Algo similar a lo anterior ocurre con esta combinación. El azúcar
fermenta con facilidad esperando que las proteínas se digieran en el estómago
y, además, se frenan la formación de los jugos gástricos y la actividad del
estómago.
Combinación grasa con proteína.
Combinación grasa con proteína.
Se ha demostrado que la grasa ejerce una marcada influencia
inhibiendo la secreción del jugo gástrico. La presencia de grasa en los
alimentos disminuye la secreción gástrica y frena la digestión de las
proteínas. Las carnes grasas son de muy difícil digestión.
Es bueno saber que las verduras en abundancia, especialmente crudas (ensaladas), contrarrestan los efectos negativos de la grasa.
Combinación de proteínas diferentes.
Es bueno saber que las verduras en abundancia, especialmente crudas (ensaladas), contrarrestan los efectos negativos de la grasa.
Combinación de proteínas diferentes.
La unión en la misma comida de diferentes alimentos ricos en
proteínas dificulta una buena digestión.
Otras combinaciones importantes.
Una es la de no mezclar fruta ácida con fruta muy dulce en la
misma comida. De lo contrario provocamos una fermentación y mala digestión, ya
que necesitan una digestión diferente.
El melón y la sandía son alimentos que necesitan escasa digestión
en el estómago y cuando los tomamos solos pasan en pocos minutos al intestino.
Los postres se suelen tomar siempre después del resto de los
alimentos, una vez que se ha comido hasta la saciedad y frecuentemente más de
lo que uno realmente necesita. Estos postres, que consisten normalmente en
pasteles, tartas, natillas, helados, frutas dulces, etc., fermentan, ocasionan
gases y provocan una mala digestión.
Quiero hacer hincapié en que este tema aunque sea importante se
sitúa por detrás de otras recomendaciones alimenticias. Para aquellos que se
inician en una alimentación sana es suficiente, en un principio, hacer una
comida lo más sencilla posible, sin muchas mezclas de alimentos, y eligiendo un
alimento concentrado por vez. Si elegimos dos diferentes, que de uno de ellos
haya poca cantidad.
Bueno después de esto creo que queda claro que irse de tapitas es
más malo que pasar hambre... pero que seriamos sin nuestros momentos cañas,
simplemente seriamos unos mas de Europa, donde la seriedad es la norma, donde
el frio corre por sus venas...
En fin, Viva España y sus costumbres!!!
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